Mercados, hornos, restaurantes y los bares convierten Palma en la ciudad de las delicias que probar. La cocina tradicional, la internacional y la más moderna residen en los mercados urbanos, donde llegan cada día productos frescos procedentes del campo y el mar de Mallorca. Desde Ride On Mallorca damos algunos consejos para disfrutar de los mejores sabores y ambientes de Mallorca. Mallorca es perfecto para ser visitado con el alquiler moto Mallorca.
Descubre los auténticos Mercados de Mallorca
Para conocer Mallorca es imprescindible visitar sus mercados, espacios donde disfrutar de cultura gastronómica por excelencia. Los más emblemáticos son el mercado de l’Olivar y el de Santa Catalina, siempre llenos de gente y con decenas de paradas de fruta, hortalizas y las mejores carnes y pescados de la isla.
También constituyen un buen lugar para tomar un aperitivo o probar unas fantásticas tapas, por ejemplo, ostras con cava, sushi recién hecho o algunos pinchos, disfrutando del ambiente auténtico del interior del mercado. Los mercados gastronómicos de San Juan o el Mercat 1930 son también muy populares. Visita la isla de Mallorca con tu alquiler motos Mallorca Ride On.
Visita los antiguos hornos
Palma es una ciudad con una gran historia de hornos, algunos con más de cien años de tradición. Siguen elaborando como antaño panades (pastelito salado de carne), cocarrois, estos en forma de medialuna y rellenos de verduras como coliflor y acelgas por ejemplo, pasas y piñones, y todo tipo de cocas saladas.
En el apartado de dulces brilla con luz propia la ensaimada, junto con la coca de albaricoques y los crespells, pastelitos en forma de corazón o estrella.
La ensaimada es el pastel identitario de Mallorca, dulce en espiral cuyo nombre tiene su procedencia del saïm o manteca de cerdo, ingrediente esencial que le confiere una textura característica.
Vive los alrededores de la Llotja
Los alrededores de la Llotja constituyen una de las zonas con mayor número de restaurantes y bares de copas. También en el barrio de Santa Catalina, antiguo núcleo de pescadores, se ha convertido en un lugar moderno lleno de pequeños locales de cocina vanguardista, exótica e internacional.
Los platos tradicionales se degustarán sobre todo en los cellers, antiguas bodegas donde se pueden comer recetas mallorquinas contundentes como la porcella o el cochinillo asado, el tumbet, plato estival a base de berenjena, patata y pimiento rojo, o las sopes, una forma riquísima de aprovechar el pan seco combinándolo con verduras de temporada.
Pa amb oli. Uno de los platos más básicos y cotidianos de Mallorca es el pa amb oli, pan untado con tomate, aceite y sal, acompañado con quesos o embutidos locales, aceitunas amargas y un buen vino tinto para pasar una cena en la isla fantástica.
Otra opción para comer son los bares de tapas y pinchos, en la Llotja, Santa Catalina y en el carrer de la Fàbrica, donde se preparan deliciosos platos de saladas que se acompañan con cerveza o un buen vino local.
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