Las auténticas avarques menorquinas
Menorca cuenta con una larga tradición artesana y con una gran diversidad de oficios antiguos. Oficios que los artesanos menorquines han sabido conservar a lo largo de los años, transmitir sus habilidades y fomentar el gusto por lo tradicional.
En Menorca existen hasta dieciséis familias de oficios artesanos. Hay un amplio sector de artesanía en alimentación y bebidas, en madera, piedra, cerámica, tejidos… y por supuesto, en el sector del calzado y la piel que es dónde hoy queremos detenernos a través de la tradicional avarca menorquina.
Se trata del calzado más típico y tradicional de Menorca, el calzado que antiguamente se usaba en las zonas rurales de la Isla por campesinos y jornaleros. Ninguno de ellos hubiera creído entonces que el calzado rústico que usaban para transitar por la Isla en verano iba a calzar los pies de toda una familia real… Pero así es. La avarca menorquina empezó a popularizarse en los años 50 pero fue sin duda la afición de doña Sofía de Borbón por este calzado, habitual en sus veranos en Mallorca, lo que acabó por lanzarla a la fama mundial.
Su diseño es sencillo. Una pieza de cuero abierta en la punta que se adapta al empeine del pie, y una tira, también de piel, que se ajusta en el talón y que permite además calzarse con dicha tira en el empeine y el talón descubierto.
Las avarques menorquines se fabrican prinicpalmente en Ciutadella, Alaior, Es Mercadal y Ferreries.
Recorriendo Menorca en moto de alquiler vamos a encontrar fácilmente las genuinas avarcas menorquinas en las zapaterías tradicionales de la Isla, desde la diminuta talla 18 para niños hasta el tallaje más alto para caballeros, en todos los colores y con infinidad de motivos decorativos.
Pero es importante asegurarse que estamos comprando la auténtica avarca menorquina porque dicen que sus imitadoras no encajan correctamente en el talón y, por tanto, no gozan de la comodidad que ofrece este calzado para recorrer cualquier tipo de terreno. Incluso se usan en el sector náutico.